BLOGGER TEMPLATES AND TWITTER BACKGROUNDS »

martes, 9 de noviembre de 2010

El gran cuento de Faluar (1ª parte)

LA INOCENCIA DE FALUAR


Érase una vez un mundo llamado Kutregris en el que vivía un chico risueño y soñador llamado Faluar. Todos los días por la mañana, Faluar se levantaba de mala gana y se dirigía por un camino empedrado a la ciudadela de los hipócritos, una raza de individuos cuyo oficio era el de instruir y educar. Pero a Faluar no le gustaba ni la ciudadela ni los hipócritos.
-¿Porqué hay qué ser así o pensar de esta forma?- Preguntaba Faluar a los hipócritos.
-Porque sino te van a caer dos hostias.- Respondían ellos.
Todos sus compañeros en la ciudadela pensaban que Faluar era un bobo sin remedio.
-Pobre, no es como nosotros.- Decían los chicos.
-Tontito pero gracioso.- Decían las chicas.
-Va a acabar muy mal.- Decían todos.
Pero a Faluar no le importaba lo que dijesen de él. Pensaba que había otros mundos, con más gente y con un montón de cosas para aprender, más allá de Kutregris. Cuando Faluar estaba en casa se divertía con sus hermanos, leía, escribía y soñaba con aventuras. Sus padres no sabían qué hacer pensando que su hijo tenía una vitalidad incontrolable.
-Hijo, ¿No te hemos educado bien?.-Preguntaban ellos.-¿Acaso hemos hecho algo mal?-
Faluar les miraba a los ojos y con una sonrisa en la boca les respondía:
-Padre, tú me has enseñado lo que es la honradez. Madre, tú me has enseñado lo que es el respeto. Los dos me habéis dicho que disfrute de la vida y en eso estoy empeñado.-
Un día los hipócritos decidieron que Faluar no debía seguir yendo a la ciudadela.
-Da mal ejemplo a los demás- Decían.
Después del rechazo de más ciudadelas, ya que ninguna raza educativa lo aceptaba, Faluar acabó en una villa menor denominada la número 7 (sencillamente porque era la número 7). Allí se dió cuenta de que no todos eran cómo en la ciudadela de los hipócritos y que había mucho más aunque siguiera siendo todo Kutregris. Uno de los chicos de la número 7, llamado Phyta, llamó la atención de Faluar y se interesó por él. Phyta era un chico con una energía desbordante, que renegaba de todo lo establecido y que no temía lo que pudiera pasar con tal de probar. Faluar y él llegaron a ser grandes compañeros. Phyta le enseñó un monton de cosas: A saltar vallas, a luchar contra dragones y a fumar en pipa.
-Que cien personas se atraigan, se junten y se laman entre ellos no significa que lo tengas que hacer tú.- Le decía a Faluar.
Éste a su vez le explicaba cosas sobre la música y el teatro. Pero de repente, al cabo de un año, Phyta no volvió más a la número 7. Un lugareño le contó que lo habían detenido y lo habían encerrado en una de las mazmorras de Kutregris. Faluar no volvió a saber nada más de él, pero jamás se olvidó de todo lo que aprendió a su lado.


Fin de la 1ª parte

0 comentarios: