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jueves, 11 de noviembre de 2010

El gran cuento de Faluar (2ª parte)

DE COMO FALUAR LLEGÓ A SER DIOS


Pasaron cuatro años y Faluar sintió que las cosas habían cambiado mucho para él. Había dejado de ir a la número 7 y tenía más conocimientos sobre Kutregris y sus gentes. Entre cantinas, tabernas y callejas consiguió hacer amistades y montó una banda de música. Con ella, Faluar tocaba en directo y disfrutaba, pero a su vez iba conociendo todo tipo de magos y guerreros. A medida que trataba e intimaba con ellos sentía que un poder fluía en él y que iba a más. Se enamoró de una chica, abandonó la banda de música y se dedicó a la magía y a la brujería. Entonces creyó que había conseguido la combinación perfecta: El amor con su chica, la lealtad de los amigos y la psicobrujería. Los padres de Faluar no entendían porqué su hijo ya no les visitaba y cuando lo hacía era para machacarlos con la palabra.
-Nunca habéis confiado en mí. Pero ahora soy fuerte y poderoso. No os necesito.- Les decía.
Con el tiempo, Faluar fué introduciéndose poco a poco en ritos y akelarres, viajando por dimensiones desconocidas y salvajes y descuidando el resto de su vida. Un día que volvió de uno de sus viajes al castillo donde vivía con su chica, la encontró con un guerrero mongol en situación comprometida. Al ver el engaño de su amada entró en cólera y su ira fué indescriptible: De un golpe derrumbó el castillo y con un hechizo los hizo desaparecer de Kutregris. Después intentó quitarse la vida, pero no pudo, algo en su interior se lo impedía. Ingirió todas las pócimas y brebajes que tenía y se sumergió en la oscuridad de la locura. Quiso volver y apoyarse en los amigos, pero casi todos se alejaron bien por miedo bien por falta de interés. El resto no tuvo la fuerza para ayudarlo. Durante un tiempo estuvo en otras dimensiones, otros lugares alejados de la realidad, luchando contra demonios y monstruos de toda índole. Muchas veces estuvo a punto de sucumbir, otras incluso de claudicar, pero Faluar se había llegado a transformar con el tiempo en el amo y señor de esos submundos, se había convertido en un Dios. Así que ganó esa guerra, y antes de que el enemigo volviera a rearmarse, abandonó el lugar y regresó a la realidad de Kutregris. Intentó restablecerse y tomar las riendas de su vida otra vez, pero obviamente no fué capaz. Notó que algo lo empujaba a volver al submundo, ésta vez para perecer devorado por los monstruos, pero en el momento oportuno su familia apareció y lo rescató. Durante un tiempo Faluar estuvo al cuidado de ellos, recuperándose. Sabía que ya no volvería a esas dimensiones demoníacas pero que tardaría en sanar las heridas. Necesitaba un cambio, vivir cosas nuevas, así que decidió que lo mejor sería marchar de Kutregris a otros mundos. En cuanto al amor, la amistad y los viajes a otras dimensiones y submundos estaba claro que se había equivocado, que se había excedido. Pero Faluar no era ni rencoroso ni vengativo, no valía la pena:
-La próxima vez estaré más atento-


Fín de la 2ª parte

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