Era una preciosa noche de verano.
Quizás demasiado hermosa para que fuera cierta. En un cielo tan
despejado como oscuro las estrellas parpadeaban con un brillo de
inusitada intensidad, una suave brisa mecía una mar en calma como si
un chiquillo acariciase a un león satisfecho con el trato recibido y
una gigantesca, poderosa, sublime, hechizadora luna llena conseguía
con una infinita fuerza dejar claro el porqué de su carisma dentro del
sistema de cosas bellas que funcionan en nuestro universo. Yo me
deleitaba con todo ello apoyado en una barandilla frente a unas rocas
más allá de la vacía y silenciosa playa. Era tal mi abstracción
que no me dí cuenta de que tenía alguien al lado hasta que me
habló.
-Hola, Rulo.- Me dijo.
Giré rápidamente la cabeza hacia mi
derecha y ví una caja de embalaje color marrón de unos dos metros
de altura junto a mí. La miré de arriba a abajo un tanto
sorprendido preguntándome quién sería el estúpido que estaría en
su interior y volví a mirar al frente.
-No hay nadie en toda la zona y no te
importa quién sea yo, lo que quiere decir que estás totalmente
ensimismado comiéndote la cabeza con problemas que no consigues
resolver y que te están afectando de forma salvaje.- Dijo con
tranquilidad - Aunque tus pupilazas bien pudieran indicar un colocón
de época... Pero no creo. Son más bien el resultado de una
excitación mental provocada por tu errático control de la realidad
y los sentimientos.-
Se escuchó un potente graznido y una
intrépida gaviota se apoyó en una gran roca a poca distancia
nuestra. Me miró fijamente a los ojos durante unos segundos con
profunda candidez y, desplegando las grises alas, alzó el vuelo
hasta perderse en la lejanía.
-Así que piensas que la vida es la
puta más cara.- Continuó el individuo de la caja. -No sabes
alcanzar la felicidad y cuando crees haberlo hecho te cae el hachazo
padre y vuelves a la realidad. Como te pasó con tu última nena
¿recuerdas? Sí, hombre, la rubia chiquita que no esperabas...y te dejó
tirado como las demás...porque eres idiota. Pareces un organismo
diseñado para ser humillado por esa persona a la que tanto quieres y
que de forma tan estúpida llamas reina.-
A lo lejos, en el horizonte, donde el
cielo y el mar se funden en un mismo color oscuro, pequeñas y no
muy numerosas luces de barcos, como luceros con vida propia, parecían
saludar mientras se dirigían a un desconocido, pero no por ello
equívoco, destino.
El individuo de la caja carraspeó y
continuó hablando:
-Y que decir de tu soledad...¿Para qué
te ha servido haber conocido a tanta gente a lo largo de tu vida?
Sabes que no funcionas como el resto. Tantas reglas internas, tanto
respeto... Pero a los demás eso les importa una mierda. A veces
rozas el patetismo de una forma casi absoluta.-
De repente, una lejana estrella fugaz
cruzó el estampado lienzo de brillantes como un ovni buscando
aterrizar rápidamente y recordé la antigua pero siempre vigente
superstición de pedir un deseo. Aunque soy de una naturaleza
brutalmente escéptica, cerré los ojos y sonreí levemente.
-Estás fatigado, Rulo.- Continuó el
individuo de la caja. -Dudas que hacer con lo que te queda de vida.
¿Acaso pretendes seguir con toda esta pantomima? Antes o después
llegará lo inevitable y... ¿Porqué retrasarlo? Es sencillo, solo
debes cargarte de convicción y dejarte llevar por...-
Una fuerte ráfaga de aire surgida de
la nada, silbando como un millón de bocas, hizo que todo a nuestro
alrrededor se agitase creando una armonía musical de tintineos y
ritmos acompasados. Algo chocó contra mis pies. Miré hacia abajo y
ví que era un grueso madero que había sido arrastrado hasta
allí. Lo agarré y sin pensármelo dos veces golpeé lo más fuerte
que pude a la parte superior de la caja. Ésta dobló y comenzó a
teñirse de sangre.
-¿Porqué has hecho eso?- Me preguntó
el individuo de la caja tambaleándose.-¿No sabes quién soy?-
-Sí.- Respondí. -Eres yo.-
Y le metí tal trompazo salvaje con el
madero, que el individuo, aún bajo la caja, cayó por la barandilla,
rodó por las rocas y acabó hundiéndose en las profundas aguas.
Solté el arma homicida y volví a recrearme con la inmensa belleza
que tenía ante mis ojos: El bailoteo de los cangrejos en su rocoso
mundo, las pequeñas olas rompiendo espuma a pie de playa, el guiño
de las estrellas al paso de las no siempre silenciosas aves marinas,
el caluroso y desinteresado abrazo de la luna...
1 comentarios:
Joer tienes que cambiar la forma de ver el amor, que no te va bien con tu idea de amor romántico, déjate de reinas, en el universo no hay jerarquías, somos todos iguales. Está claro que repites patrones con la elección de tus parejas, es posible salir de eso, pero lleva el trabajo de conocerse a uno mismo y aceptarse, si de verdad hablases contigo mismo no te dirías esas cosas. A todos nos programan para distanciarnos de nuestra voz interior, que es nuestra guía en este mundo, pero en tu mano está volver a encontrarla. Lo primero dejar de ser víctima, afrontar y recuperar quién eres en realidad, y empezar a tratarte a ti mismo un poco mejor. Solamente cuando te ames a tí mismo podrás compartir una relación amorosa sin que te hagan daño.
Te recomiendo la lectura de este libro por si te sirve para encontrarte:
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Un besín
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